Nascimento, S. S., Oliveira, L. R., & DeSantana, J. M. (2018). Correlations between brain changes and pain management after cognitive and meditative therapies: A systematic review of neuroimaging studies. Complementary therapies in medicine, 39, 137-145.
FONDO: Hay diferentes formas de lidiar con el dolor y las terapias cognitivas y meditativas (CMT) son formas alternativas de regular las emociones asociadas con el dolor. Los estudios actuales aplican técnicas de neuroimagen que intentan dilucidar los mecanismos neurales de las estrategias cognitivas para el dolor. Esta revisión sistemática tuvo como objetivo resumir la evidencia sobre los cambios en la actividad cerebral después de la CMT, que incluyen terapia cognitiva conductual, atención plena y / o meditación, para el manejo del dolor, así como para evaluar los resultados clínicos del dolor.
MÉTODOS: Se realizaron búsquedas en bases de datos electrónicas (Pubmed, EMBASE, PsycINFO, Science Direct, Scopus) para encontrar ensayos controlados aleatorios (ECA) que examinen datos de neuroimagen de CMT para pacientes con dolor crónico o individuos sanos con dolor experimental. Dos revisores seleccionaron de forma independiente los ensayos relevantes, calificaron para la evaluación de calidad y extrajeron todos los datos mediante un formulario estandarizado. El resultado primario fue cambios en la actividad cerebral (activación, desactivación o conectividad funcional). Los resultados secundarios fueron intensidad del dolor, autocuidado, afrontamiento del dolor, calidad de vida, ansiedad y depresión.
RESULTADOS: Se incluyeron nueve ECA con 280 adultos (18-59 años), 139 pacientes con dolor crónico frente a 148 sujetos sanos. Se identificaron tres tipos principales de intervención: terapia cognitivo-conductual (n = 4), meditación de atención plena (n = 4) y técnica de meditación trascendental (n = 1). Los resultados de la neuroimagen revelaron distintos patrones de actividad, pero los principales hallazgos se relacionaron con una mayor activación de la corteza prefrontal (PFC), especialmente la corteza prefrontal dorsolateral (dlPFC) y la corteza prefrontal ventrolateral (vlPFC), la corteza orbitofrontal (OBF), las cortezas somatosensoriales (SSC) y sistema límbico en población con dolor crónico; y aumento de la activación de la corteza cingulada anterior (ACC), la corteza insular anterior (AI) y la disminución de la activación del tálamo en individuos sanos después de la CMT.
CONCLUSIÓN: Este resultado significa que la regulación del dolor por CMT puede alterar el funcionamiento de las regiones cerebrales en una red extensa que incluye regiones no nociceptivas. La CMT redujo la experiencia afectiva del dolor, mientras que las reducciones de las clasificaciones de intensidad del dolor fueron menos consistentes. Los cambios cerebrales se han demostrado como resultado de la aplicación de medidas psicológicas y pueden representar las implicaciones clínicas de los cambios en la actividad o la morfología del cerebro.