Cushnie, T. T., & Lamb, A. J. (2005). Antimicrobial activity of flavonoids. International journal of antimicrobial agents, 26(5), 343-356.
Los flavonoides son ubicuos en las células fotosintetizantes y se encuentran comúnmente en frutas, verduras, nueces, semillas, tallos, flores, té, vino, propóleos y miel. Durante siglos, las preparaciones que contienen estos compuestos como los principales componentes fisiológicamente activos se han utilizado para tratar enfermedades humanas. Cada vez más, esta clase de productos naturales se está convirtiendo en objeto de investigación antiinfecciosa, y muchos grupos han aislado e identificado las estructuras de los flavonoides que poseen actividad antifúngica, antiviral y antibacteriana. Además, varios grupos han demostrado sinergia entre flavonoides activos, así como entre flavonoides y quimioterapéuticos existentes.
Los informes de actividad en el campo de la investigación antibacteriana de flavonoides son ampliamente conflictivos, probablemente debido a la variación entre e intraensayos en las pruebas de susceptibilidad. Sin embargo, varias investigaciones de alta calidad han examinado la relación entre la estructura de flavonoides y la actividad antibacteriana, y estas están muy de acuerdo. Además, numerosos grupos de investigación han tratado de dilucidar los mecanismos de acción antibacterianos de los flavonoides seleccionados. La actividad de la quercetina, por ejemplo, se ha atribuido al menos parcialmente a la inhibición de la ADN girasa.
También se ha propuesto que la sophoraflavona G y (-) – galato de epigalocatequina inhiben la función de la membrana citoplasmática, y que los licocalcones A y C inhiben el metabolismo energético. Otros flavonoides cuyos mecanismos de acción han sido investigados incluyen robinetina, miricetina, apigenina, rutina, galangin, 2,4,2′-trihidroxi-5′-metilchalcona y lonchocarpol A.