Dickinson, H. O., Mason, J. M., Nicolson, D. J., Campbell, F., Beyer, F. R., Cook, J. V., … & Ford, G. A. (2006). Lifestyle interventions to reduce raised blood pressure: a systematic review of randomized controlled trials. Journal of hypertension, 24(2), 215-233.
OBJETIVO: Cuantificar la efectividad de las intervenciones de estilo de vida para la hipertensión.
FUENTES DE DATOS: Bases de datos bibliográficas electrónicas a partir de 1998, directrices existentes, revisiones sistemáticas.
SELECCIÓN DE ESTUDIOS Y ABSTRACCIÓN DE DATOS: Se incluyeron ensayos controlados aleatorios con un seguimiento de al menos 8 semanas, que compararon el estilo de vida con las intervenciones de control, que incluyeron adultos con presión arterial de al menos 140/85 mmHg. Las medidas de resultado primarias fueron la presión arterial sistólica y diastólica. Dos revisores independientes seleccionaron ensayos y extrajeron datos; Las diferencias se resolvieron mediante discusión.
RESULTADOS: Se clasificaron los ensayos por tipo de intervención y se utilizó un metanálisis de efectos aleatorios para combinar las diferencias medias entre la presión arterial de punto final en los grupos de tratamiento y control en 105 ensayos que asignaron al azar a 6805 participantes. Se encontraron efectos estadísticamente significativos para mejorar la dieta, el ejercicio aeróbico, la restricción de alcohol y sodio y los suplementos de aceite de pescado: reducciones medias en la presión arterial sistólica de 5.0 mmHg [intervalo de confianza (IC) del 95%: 3.1-7.0], 4.6 mmHg (95 % IC: 2.0-7.1), 3.8 mmHg (IC 95%: 1.4-6.1), 3.6 mmHg (IC 95%: 2.5-4.6) y 2.3 mmHg (IC 95%: 0.2-4.3), respectivamente, con las reducciones correspondientes en presión arterial diastólica. La relajación redujo significativamente la presión arterial solo en comparación con los controles sin intervención. No encontramos evidencia sólida de ningún efecto importante sobre la presión arterial del potasio,
CONCLUSIONES: Los pacientes con presión arterial elevada deben seguir una dieta para bajar de peso, hacer ejercicio regularmente y restringir la ingesta de alcohol y sal. La evidencia disponible no respalda las terapias de relajación, los suplementos de calcio, magnesio o potasio para reducir la presión arterial.