Savage, J. S., Fisher, J. O., Marini, M., & Birch, L. L. (2012). Serving smaller age-appropriate entree portions to children aged 3–5 y increases fruit and vegetable intake and reduces energy density and energy intake at lunchThe American Journal of Clinical Nutrition, 95(2), 335-341.

ANTECEDENTES: La investigación previa sobre el tamaño de las porciones en los niños se ha centrado en el impacto de las grandes porciones de entrada en la ingesta de los niños, pero se ha prestado menos atención a cómo la ingesta en una comida se ve afectada en una gama más amplia de porciones de entrada.

OBJETIVO: El objetivo era evaluar el efecto de servir una variedad de porciones principales en la ingesta ad libitum de los niños y la densidad de energía consumida en la comida.

DISEÑO: Se usó un diseño dentro de la asignatura para examinar el efecto de diversas porciones de entrada (es decir, 100, 160, 220, 280, 340 y 400 g) en la ingesta de energía ad libitum de los niños de macarrones con queso y porciones fijas de puré de manzana sin azúcar. , judías verdes y pan integral servido con el plato principal. Diecisiete niños (10 niñas), de 3 a 6 años de edad, recibieron una serie de 6 almuerzos, que variaban solo en el tamaño de la entrada, una vez por semana. Se midió el peso, la altura y el consumo de alimentos pesados.

RESULTADOS: El aumento del tamaño de las porciones aumentó la ingesta de platos principales de los niños ( P <0.01) y la disminución de la ingesta de otros alimentos servidos con el plato principal, incluidas las frutas y verduras ( P <0.0001). Como resultado, los niños consumieron un almuerzo más denso en energía (kcal / g) a medida que aumentaba el tamaño de la porción ( P <0.0001). Un examen adicional mostró que el percentil de IMC moderaba la asociación positiva entre el tamaño de la porción y la ingesta de entrada ( P <0.01); los niños con sobrepeso mostraron mayores aumentos en la ingesta de entrada al aumentar la porción de entrada.

CONCLUSIÓN: Servir porciones más pequeñas de platos apropiados para la edad puede ser una estrategia para mejorar el perfil nutricional de los niños disminuyendo la ingesta de alimentos ricos en energía y promoviendo la ingesta de frutas y verduras servidas con el plato principal.

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