Brown, C. A., & Jones, A. K. (2013). Psychobiological correlates of improved mental health in patients with musculoskeletal pain after a mindfulness-based pain management program. The Clinical journal of pain, 29(3), 233-244.
OBJETIVOS: Los programas de manejo del dolor basados en la atención plena (MBPM) tienen como objetivo mejorar la salud mental y física de las personas con dolor crónico. En este estudio, investigamos si la mejora en la salud mental podría requerir (1) una reducción en la experiencia del dolor sensorial y los correlatos cerebrales de esa experiencia, y / o (2) una mejor percepción de la capacidad de control del dolor y la correspondiente actividad cerebral relacionada con el control cognitivo. y regulación emocional.
MÉTODOS: Se evaluaron 28 pacientes con dolor crónico y se asignaron al azar a un grupo de intervención (que asistieron a una MBPM de 8 semanas) o un grupo de control (tratamiento habitual), antes de ser reevaluados después de 8 semanas. Las medidas de resultado incluyeron dolor clínico, control percibido sobre el dolor, salud física y mental y atención plena. La actividad neuronal se midió durante la anticipación y la experiencia del dolor experimental agudo, utilizando electroencefalografía con reconstrucción de la fuente.
RESULTADOS: Se encontraron mejoras en el grupo MBPM en relación con el grupo control en salud mental, que se relacionaron con un mayor control percibido del dolor, pero no con reducciones en las calificaciones de dolor clínico o experimental. Se redujeron los potenciales relacionados con eventos anticipados y provocados por el dolor para el dolor experimental agudo, pero se estimó que las fuentes de estos potenciales relacionados con eventos estaban en regiones que modulan las respuestas emocionales en lugar de la intensidad del dolor. La salud mental y los resultados del control percibido se correlacionaron con la reducción de las desactivaciones anticipatorias de las cortezas prefrontal y somatosensorial dorsolateral.
DISCUSIÓN: El aumento de la actividad en las regiones de control cognitivo del cerebro durante la anticipación del dolor se relaciona con la mejora de la salud mental y el control percibido del dolor, pero no con la disminución de la experiencia del dolor. Por tanto, una mayor percepción de control puede resultar de una mejor regulación de la respuesta emocional al dolor.