He, K., Kramer, E., Houser, R. F., Chomitz, V. R., & Hacker, K. A. (2004). Defining and understanding healthy lifestyles choices for adolescents. Journal of Adolescent Health, 35(1), 26-33.
PROPÓSITO: Para: (a) establecer criterios para definir comportamientos y estilos de vida positivos para la salud; e (b) identificar las características de los adolescentes que practican un estilo de vida saludable.
MÉTODOS: Las respuestas de una encuesta de 1998 a través de un cuestionario, de 1487 estudiantes, de una escuela secundaria pública, Cambridge, Massachusetts, se utilizaron para evaluar los correlatos de las elecciones de estilo de vida saludable. Se definieron evaluaciones estrictas y amplias de conductas saludables para los estudiantes: uso de alcohol, tabaco y drogas ilegales ; comportamiento sexual; intento de suicidio. Mientras que los criterios “estrictos” incluían solo a los adolescentes que no practicaban ninguno de los comportamientos en cuestión, los criterios amplios reflejaban experimentación y asunción de riesgos moderada. La prevalencia de conductas positivas se evaluó por características demográficas y estudiantiles. Además, se crearon modelos de regresión logística para predecir los determinantes de los estilos de vida saludables de los adolescentes utilizando definiciones tanto estrictas como amplias.
RESULTADOS: Usando criterios estrictos de estilo de vida saludable, los predictores significativos fueron ser mujer, nacer fuera de los Estados Unidos, un mayor rendimiento académico y menos eventos de vida estresantes. Usando una definición amplia de un estilo de vida saludable, los predictores significativos fueron no ser caucásicos, estar en los niveles más bajos de la escuela, un mayor rendimiento académico y menos eventos de vida estresantes. En ambos modelos, la aprobación de los compañeros de las conductas de riesgo influyó negativamente en el estilo de vida de los adolescentes, mientras que la desaprobación de los padres de las conductas de riesgo fue una influencia positiva.
CONCLUSIONES: Estos resultados refuerzan la importancia del apoyo de la escuela, los compañeros y los padres a los comportamientos positivos. Es importante que los trabajadores de salud pública y las familias comprendan y definan las opciones de estilos de vida saludables para los adolescentes.