Lesourd, B. M. (1997). Nutrition and immunity in the elderly: modification of immune responses with nutritional treatmentsThe American journal of clinical nutrition, 66(2), 478S-484S.

La nutrición tiene una fuerte influencia sobre el sistema inmunológico de las personas mayores. El envejecimiento induce la desregulación del sistema inmunológico, principalmente como resultado de cambios en la inmunidad mediada por células.

El envejecimiento se asocia con cambios en el equilibrio de los subconjuntos de linfocitos T y B periféricos, como disminuciones en las proporciones de células maduras a inmaduras, sin memoria, subconjunto T helper 1 (TH1) a TH2 y CD5- a CD5 +. Como consecuencia, las respuestas inmunitarias mediadas por células son más débiles y ni las respuestas mediadas por células ni las humorales están tan bien adaptadas al estímulo del antígeno.

La desnutrición, común en las poblaciones ancianas, también induce respuestas inmunitarias más bajas, particularmente en la inmunidad mediada por células. La desnutrición proteico-energética se asocia con una menor proliferación de linfocitos, una menor liberación de citocinas y una menor respuesta de anticuerpos a las vacunas.

Los déficits de micronutrientes, a saber, zinc, selenio y vitamina B-6, todos los cuales prevalecen en las poblaciones ancianas, tienen la misma influencia en las respuestas inmunitarias. Debido a que el envejecimiento y la desnutrición ejercen influencias acumulativas sobre las respuestas inmunes, muchas personas mayores tienen respuestas inmunes mediadas por células deficientes y, por lo tanto, tienen un alto riesgo de infección.

La terapia nutricional puede mejorar la respuesta inmunitaria de los pacientes ancianos con desnutrición proteico-energética. La suplementación con altas dosis farmacológicas de un solo nutriente (zinc o vitamina E) puede ser útil para mejorar las respuestas inmunitarias de las personas mayores autosuficientes que viven en casa.

Por lo tanto, la deficiencia nutricional debe tratarse en los ancianos para reducir el riesgo de infección y posiblemente retrasar el proceso de envejecimiento.

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