Leung, F. W. (2014). Capsaicin as an anti-obesity drug. In Capsaicin as a therapeutic molecule (pp. 171-179). Springer, Basel.

Los estudios de laboratorio apoyan el papel de la capsaicina como agente contra la obesidad. Los nervios aferentes de la mucosa intestinal parecen desempeñar un papel en el control de la distribución del tejido adiposo entre los sitios visceral y subcutáneo. La activación de los canales vanilloides-1 potenciales del receptor transitorio por la capsaicina previene la adipogénesis.

Un mecanismo neurogénico modula la regulación del metabolismo de las grasas por los nervios sensoriales sensibles al potencial receptor transitorio vanilloide-1. Una vía neural permite la activación selectiva de la red central que regula la actividad del nervio simpático del tejido adiposo pardo en respuesta a una estimulación específica de los canales potenciales de receptores transitorios gastrointestinales.

La capsaicina dietética reduce la desregulación metabólica en ratones obesos / diabéticos al mejorar la expresión de adiponectina y su receptor. Los efectos de la capsaicina en el tejido adiposo y el hígado están relacionados con su acción dual sobre el receptor alfa activado por proliferador de peroxisomas y la expresión / activación potencial del receptor transitorio vanilloide-1. La desensibilización local de las fibras abdominales sensibles a la capsaicina atenúa la adaptación hipometabólica a la privación de alimentos. La vagotomía del tronco conduce a reducciones significativas tanto en el aumento de peso inducido por la dieta como en el depósito de grasa abdominal visceral. La desaferente vagal conduce a una reducción más modesta, pero clínica y estadísticamente significativa, de la grasa abdominal visceral.

Las proteínas relacionadas con la termogénesis y el metabolismo de los lípidos se alteran con el tratamiento con capsaicina en el tejido adiposo blanco. La capsaicina induce la apoptosis e inhibe la adipogénesis en preadipocitos y adipocitos. Los datos epidemiológicos muestran que el consumo de alimentos que contienen capsaicina se asocia con una menor prevalencia de obesidad. La evidencia clínica respalda el papel de la capsaicina como agente contra la obesidad. La exposición tanto oral como gastrointestinal a la capsaicina aumenta la saciedad y reduce la ingesta de energía y grasas; la reducción más fuerte con la exposición oral sugiere un efecto sensorial de la capsaicina. Los componentes bioactivos que contienen capsaicina pueden ayudar a mantener el peso después de una dieta hipocalórica.

El consumo de capsaicina 1 h antes del ejercicio de baja intensidad es un valioso complemento para el tratamiento de personas con hiperlipidemia y / u obesidad porque mejora la lipólisis. La ingestión de capsinoides aumenta el gasto energético a través de la activación del tejido adiposo marrón en los seres humanos. La ingestión de capsinoides se asocia con un aumento de la oxidación de grasas que es casi significativo; y dos variantes genéticas comunes pueden ser predictores de respuesta.

La investigación clínica adicional para desarrollar enfoques convenientes para que las personas obesas aprovechen este ingrediente dietético común para prevenir la aparición o reducir la progresión de la obesidad será instructiva y clínicamente relevante.

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