Sabaté, J. (1999). Nut consumption, vegetarian diets, ischemic heart disease risk, and all-cause mortality: evidence from epidemiologic studies. The American journal of clinical nutrition, 70(3), 500s-503s.
Quizás uno de los hallazgos más inesperados y novedosos en epidemiología nutricional en los últimos 5 años ha sido que el consumo de nueces parece proteger contra la cardiopatía isquémica (CI). Se ha documentado que la frecuencia y cantidad de consumo de nueces es mayor en las poblaciones vegetarianas que en las no vegetarianas. Los frutos secos también constituyen una parte importante de otras dietas a base de plantas, como las dietas mediterráneas y asiáticas.
En un gran estudio epidemiológico prospectivo de los adventistas del séptimo día en California, encontramos que la frecuencia del consumo de nueces tenía una asociación inversa sustancial y muy significativa con el riesgo de infarto de miocardio y muerte por IHD. El Estudio de Salud de la Mujer de Iowa también documentó una asociación entre el consumo de nueces y la disminución del riesgo de IHD. El efecto protector de las nueces sobre la CI se ha encontrado en hombres, mujeres y ancianos. Es importante destacar que los frutos secos tienen asociaciones similares tanto en vegetarianos como en no vegetarianos.
El efecto protector del consumo de nueces sobre la CI no se compensa con el aumento de la mortalidad por otras causas. Además, se ha descubierto que la frecuencia del consumo de nueces está inversamente relacionada con la mortalidad por todas las causas en varios grupos de población, como blancos, negros y ancianos. Por lo tanto, el consumo de nueces no solo puede ofrecer protección contra la CI, sino que también aumenta la longevidad.